Domingo VII del Tiempo Ordinario ciclo C

Ambientación inicial:

Con el gozo del Jubileo que estamos viviendo en la Iglesia, caminando en esperanza, comenzamos nuestra celebración. Hoy seremos testigos de cómo Jesús nos invita a hacer las cosas nuevas, a dejar el orgullo. El mundo lleva miles de años respondiendo a la violencia con violencia, y así nos ha ido. Hoy Jesús vuelve a llamar a nuestros corazones para que hagamos otra historia, otra forma de vivir como hermanos. Bienvenidos.

Rito del perdón:
  • Señor, tú que miras el interior de las personas, su justicia y fidelidad, Señor, ten piedad.
  • Tú que nos haces compartir el mismo destino de Jesús, que es vida en plenitud. Cristo, ten piedad.
  • Tú, Señor, que nos invitas a llevar el amor al mundo y a cada persona. Señor, ten piedad.
Ambientación a la palabra:

Seguir a Jesús es hacer nuestra su entrega y fidelidad a Dios y a las personas. La primera lectura nos dice que hay que respetar la vida de los demás, que son imagen de Dios, y evitar toda violencia y venganza. La lectura de Pablo nos dice que Cristo es quien nos da vida plena y que nuestro destino está unido a Él. Y el evangelio nos presenta la gran “carta magna”: tratar a los demás como queréis que ellos os traten.

Lectura del primer libro de Samuel

EN aquellos días, Saúl emprendió la bajada al desierto de Zif, llevando tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David allí.
David y Abisay llegaron de noche junto a la tropa. Saúl dormía, costado en el cercado, con la lanza hincada en tierra a la cabecera. Abner y la tropa dormían en torno a él.
Abisay dijo a David:
«Dios pone hoy al enemigo en tu mano. Déjame que lo clave de un golpe con la lanza en la tierra. No tendré que repetir».
David respondió:
«No acabes con él, pues ¿quién ha extendido su mano contra el ungido del Señor y ha quedado impune?».
David cogió la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl, y se marcharon. Nadie los vio, ni se dio cuenta, ni se despertó. Todos dormían, porque el Señor había hecho caer sobre ellos un sueño profundo.
David cruzó al otro lado y se puso en pie sobre la cima de la montaña, lejos, manteniendo una gran distancia entre ellos, y gritó:
«Aquí está la lanza del rey. Venga por ella uno de sus servidores. Y que el Señor pague a cada uno según su justicia y su fidelidad. Él te ha entregado hoy en mi poder, pero yo no he querido extender mi mano contra el ungido del Señor».

R/.      El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.

Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen. R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios

Hermanos:

El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente. El último Adán, en espíritu vivificante.
Pero no fue el primero lo espiritual, sino lo material y después lo espiritual.
El primer hombre, que proviene de la tierra, es terrenal; el segundo hombre es del cielo.
Como el hombre terrenal, así son los de la tierra; como el celestial, así son los del cielo. Y lo mismo que hemos llevado la imagen del hombre terrenal, llevaremos también la imagen celestial.

Aleluya.

Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—:
que os améis unos a otros, como yo os he amado. R/.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 27 – 38

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Oración de los fieles, respondemos: “Padre, danos un corazón nuevo y bueno”
  • Por la Iglesia, para que sea siempre el lugar donde todas las personas se sientan acogidas, amadas, perdonadas y alentadas a vivir la vida nueva que Jesucristo nos ha ofrecido. Oremos.
  • Por las personas y pueblos que sufren la violencia, la guerra, los conflictos. Para que busquen caminos de entendimiento y de paz. Oremos.
  • Por nuestros gobernantes, para que pongan en el centro de sus agendas políticas la justicia social, donde el diálogo y la cooperación sean los medios para construir un mundo nuevo. Oremos.
  • Por quienes dedican su vida al estudio y la investigación, a la búsqueda de la solución a las enfermedades y al hambre, para que cuenten con todo el apoyo que necesitan. Oremos.
  • Por nuestra comunidad parroquial, para que sepamos hacer una verdadera familia donde todos se sientan acogidos, valorados y animados a vivir su fe, Oremos.
Oración después de la comunión:

Hay personas irrazonables, inconsecuentes y egoístas,
pero ámalas, de todos modos.
Si haces el bien, te acusarán de tener oscuros motivos,
pero haz el bien, de todos modos.
Si tienes éxito, te ganarás falsos amigos
y enemigos verdaderos,
pero lucha por triunfar en tus proyectos, de todos modos.
El bien que hagas hoy será olvidado mañana,
pero haz el bien, de todos modos.
La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable,
pero sé sincero y franco, de todos modos.
Lo que has tardado en construir
puede ser destruido en una noche,
pero construye, de todos modos.
Alguien que necesita ayuda de verdad
puede atacarte si le ayudas,
pero ayúdale, de todos modos.
Da al mundo lo mejor que tienes
y te golpearán a pesar de ello,
pero da al mundo lo mejor que tienes, de todos modos.