Domingo XVIII del Tiempo Ordinario ciclo A

Ambientación inicial:

Un domingo más, nos reunimos alrededor del altar para pedir y compartir el pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía. Hoy la liturgia nos invita a buscar qué es lo más importante para nosotros, para poder pedir al Padre la auténtica sabiduría y juicio, para que nuestra vida sea una continua búsqueda de la verdad y de la justicia.

Rito del perdón

  • Por las veces que no buscamos lo que merece la pena y nos perdemos en nuestros caprichos y egoísmos. Señor, ten piedad.
  • Porque ponemos nuestro tesoro en las cosas terrenas. Cristo, ten piedad.
  • Porque no somos capaces de desprendernos de lo que nos impide seguir a Cristo con total libertad. Señor, ten piedad.

Ambientación a la palabra:

El sabio Salomón es alabado por Dios por no haberle pedido riquezas para sí sino sabiduría para gobernar al pueblo. La oración de Salomón conecta con la parábola del tesoro y la perla. El verdadero tesoro está en dar a fondo perdido, sin intereses ni segundas intenciones, porque quien más da, más recibe. Todo voluntariado, sea lo que sea, en función de los demás, tiene su propia recompensa.

Lectura del libro de Isaías.

Esto dice el Señor:
«Oíd, sedientos todos, acudid por agua;
venid, también los que no tenéis dinero:
comprad trigo y comed, venid y comprad,
sin dinero y de balde, vino y leche.
¿Por qué gastar dinero en lo que no alimenta
y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad vuestro oído, venid a mí:
escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros una alianza perpetua,
las misericordias firmes hechas a David».

Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad y leal;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos

Hermanos:
¿Quién nos separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?
Pero en todo esto vencemos de sobra gracias a aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan Bautista se marchó de allí en barca, a solas, a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió por tierra desde los poblados.
Al desembarcar vio Jesús una multitud, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida».
Jesús les respondió:
«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».
Ellos le replicaron:
«Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».
Le dijo:
«Traédmelos». Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirado al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos y se saciaron y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Oración de los fieles, respondemos: “Señor, escucha nuestra oración”

  • Pedimos por el Papa, los Obispos y por todos los que realizan en la Iglesia alguna misión de fe o servicio a la caridad, para que lo hagan con eficacia y con fidelidad y de esta manera aceleren la llegada del Reino de Dios. Oremos.
  • Oramos por nuestras autoridades, para que, por encima de otros intereses, gobiernen a favor de todos, especialmente de los más pobres. Oremos.
  • Oramos por todos los que sufren violencia, desamor, hambre y sed de justicia, para que sientan el amor de Dios y la solidaridad de los hombres. Oremos.
  • Por todos los que estos días viajan o están de vacaciones, para que disfruten en paz y sin sobresaltos del gozo del descanso. Oremos.

Por todos nosotros, nuestra comunidad y los que han pedido o necesitan nuestra oración, para que Dios nos acompañe a todos con su gracia y nos revele el camino hacia su Reino. Oremos.

Después de la comunión:

Dichoso el que tropieza contigo.
Dichoso el que te encuentra y te descubre.
En cualquier recodo, en cualquier encrucijada
en los lugares más insospechados,
te haces el encontradizo con él y le das la gran sorpresa.
Tú le seduces, y él lo vende todo para poseerte.
Dichoso el que no se acomoda,
y te sigue encontrando más veces.
Todos los días, a cualquier hora…
Dichoso el que tropieza contigo y te descubre.
La mayor ganancia eres Tú. La perla más preciosa eres Tú.
El tesoro más deseado eres Tú.
Todo lo que buscamos lo llevas Tú:
Verdad, justicia, amor, paz. Alegría, fiesta,
revolución, fraternidad, solidaridad,
vida nueva, nueva sociedad, nueva humanidad.
¡Ojalá me busques y me seduzcas!
¡Ojalá te encuentre! ¡Tú eres el tesoro de mi vida!