Domingo XXVII Ciclo B

Ambientación inicial

Bienvenidos a la celebración. En el día del Señor, un domingo más, los cristianos renovamos y alimentamos nuestra fe en la mesa de la Palabra de Dios y el Pan de la Eucaristía. Ya el mero hecho de estar aquí es un regalo estupendo que Dios nos hace para que podemos celebrar libremente nuestra fe. ¡No desaprovechemos esta nueva oportunidad de vivir intensamente este encuentro comunitario.

Rito del perdón:

  • Por las veces que nos aislamos en nuestros problemas y nos olvidamos del prójimo. Señor, ten piedad.
  • Por las veces que hemos demostrado faltas de amor hacia nuestros seres más queridos. Cristo, ten piedad.
  • Por el pecado de la vanidad y la soberbia que, en ocasiones, nubla nuestra mente y oculta nuestro bien. Señor, ten piedad.

Ambientación a la Palabra:

En el libro del Génesis nos habla de cómo el varón se reconoce en la hembra, y la hembra se reconoce en el varón; se necesitan, se buscan y se complementan, en una relación de igualdad. La carta a los Hebreos remarca la importancia del ser humano, hasta el punto de que Jesucristo no se avergüenza de llamarnos hermanos. El evangelio, defiende la igualdad de hombres y mujeres y se pone de parte de los más débiles, en este acaso de la mujer.

Lectura del libro de Génesis.

EL Señor Dios se dijo:
«No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le ayude».
Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera.
 Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él, que le ayudase.
 Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne.
 Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán.
 Adán dijo:
«Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será “mujer”, porque ha salido del varón».
Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

R. Que el Señor nos bendiga
todos los días de nuestra vida.

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.

Que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel! R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.

Hermanos:
Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Pues, por la gracia de Dios, gustó la muerte por todos.
Convenía que aquel, para quien y por quien existe todo, llevara muchos hijos a la gloria perfeccionando mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación.
El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros,
y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. R.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

Oración de los fieles:

  • Por la Iglesia, para que sepa transmitir el valor de la fidelidad en cada vocación como un don liberador de Dios. Roguemos al Señor.
  • Por los matrimonios, para que descubran, en su vocación a la fidelidad mutua, la belleza de un amor semejante al de Dios por la humanidad. Roguemos al Señor.
  • Por todos los grupos parroquiales, que comienzan su andadura en estos días, para que sean ámbito de crecimiento en lo humano, lo espiritual y en el sentido comunitario. Roguemos al Señor.
  • Por los parados, especialmente de larga duración, por quienes tienen trabajos precarios e informales que les impiden vivir la vida con la dignidad otorgada por Dios, para que encuentren en nosotros cercanía y apoyo. Roguemos al Señor.
  • Por nuestra comunidad, para que respetemos y reconozcamos la igualdad y la dignidad de todas las personas. Roguemos al Señor.
  • Por los que estamos celebrando esta eucaristía, para que luchemos por transformar las estructuras que no están al servicio de los empobrecidos. Roguemos al Señor.

Después de la comunión: 

Creo en el Dios que escucha el grito de tantas mujeres:
Madres abandonadas, solas, con hijos muertos;
mujeres marginadas, incapaces de salir de su situación.
Creo en el Dios creador de la vida,
que dio a las mujeres capacidad de generarla
y sensibilidad para cuidarla y defenderla.
Creo en la capacidad de la mujer
de hacer un mundo más humano,
con menos dolor, muerte y destrucción.
Creo que mujer y varón,
creados en igual dignidad, asumiéndola juntos,
serán los constructores de la Nueva Sociedad.
Creo en la vida eterna sin discriminaciones,
donde varones y mujeres
de todas las razas y lugares
cantaremos la alegre canción de la Igualdad,
de la Fraternidad y del Amor sin fin.