SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI

Ambientación inicial:

Celebramos hoy el día del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Hacemos memorial, como siempre que nos reunimos para celebrar la Eucaristía, de la muerte y de la resurrección del Señor Jesús que se dona al Padre y a todos nosotros. Es el alimento que nos ayuda a caminar.
También dedicamos este día a la Caridad. Nuestra participación eucarística es clamar a Dios para que su Reino se haga realidad, no desde palabras vacías, sino, como Cristo, desde la donación y el compromiso por los más desfavorecidos. La entrega del Señor, es nuestra entrega.

Rito penitencial:

  • Por el don de tu vida hecha servicio. Señor, ten piedad.
  • Por el don de tu fidelidad hasta la muerte. Cristo, ten piedad.
  • Por el don de tu presencia en la Eucaristía. Señor, ten piedad.

Ambientación a la Palabra:

La celebración de la Eucaristía nace en el contexto de una larga tradición bíblica donde el pan y el vino eran fundamentales en las comidas familiares y en las fiestas litúrgicas. En la celebración de la Última Cena Jesús dará un nuevo significado al pan y al vino. Será Desde entonces, para sus discípulos, su cuerpo y su sangre. Él había vivido así, siendo pan para multiplicar la vida, vino para multiplicar la alegría.

Lectura del libro del Génesis
En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén,
sacerdote del Dios satsimiso, sacó pan y vino, y le bendijo diciendo:
«Bendito sea Abrán por el Dios altísimo,
creador de cielo y tierra;
bendito sea el Dios altísimo,
que te ha entregado tus enemigos».
Y Abrán le dio el diezmo de todo.

R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos estrado de tus pies». R.

Desde Sion extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora». R.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R.

Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

EN aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado».
Él les contestó:
«Dadles vosotros de comer».
Ellos replicaron:
«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente».
Porque eran unos cinco mil hombres.
Entonces dijo a sus discípulos:
«Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno».
Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

Oración de los fieles, respondemos:

                           “ESCÚCHANOS Y DANOS TU PAN DE VIDA

  • Para que la Iglesia que se alimenta día a día de la Eucaristía crezca en amor y en servicio a todos los que buscan al Dios de la vida. Oremos
  • Para que la caridad vaya siempre de la mano de la justicia y de la paz en todas las instituciones públicas y gobiernos de nuestro mundo. Oremos.
  • Para que la atención y el cuidado de las personas más vulnerables esté por encima de toda discriminación de raza, sexo, religión, ideología o cultura. Oremos.
  • Por todos los cristianos, para que su estilo de vida, despierte la conciencia solidaria de los demás. Oremos.
  • Por los voluntarios de Cáritas, para que su forma de actuar haga creíble el evangelio de Jesucristo. Oremos.
  • Por nuestra comunidad, para que la celebración de la Eucaristía nos lleve a un mejor servicio a los más pobres y a fortalecer nuestro sentido sinodal y comunitario. Oremos.

Después de la comunión:

Hambrientos de pan y de justicia,
de dignidad y de respeto,
de salud y de ternura,
de paz y de buenas noticias,
de vida y de felicidad;
sedientos de ternura y de caricias,
de roce y compañía,
de abrazos y protestas,
de vino y de fiesta,
de casa y mesa,
de la dignidad vuestra…
venid a mí y saciad vuestra hambre y sed
sin miedo y sin falsos respetos.
Todos los que sentís la vida,
día a día, como una pesada carga:
los rechazados,
los perseguidos,
los olvidados,
los excluidos,
los extranjeros,
los sin papeles,
los que sólo tenéis seguro que sois pobres,
gente sin voz, sin prestigio, sin nombre…
venid a mí, descargad vuestros fardos,
comed, bebed y descansad.
¡Todo lo que soy y tengo es vuestro!