Jesucristo, Rey del Universo

Ambientación inicial

Bienvenidos a la Eucaristía. Hoy, celebramos la festividad de Jesucristo Rey del Universo, con la que termina el año litúrgico. Seremos testigos de que, aunque estés muy mal y creas que no puedes hacer nada, siempre puedes dar esperanza. Hoy vamos a ver a Jesús siendo amor entregado hasta el final. Sin gritar, sin quejarse… Todo amor y compasión.  Renovemos nuestro compromiso de seguirle y de ir construyendo cada día su Reino de amor, paz y justicia.

Rito del perdón

  • Tú, el Buen Pastor, que nos guías y cuidas. Señor, ten piedad.
  • Tú, Rey del Universo, que nos llamas a ser testigos de tu Reino. Cristo, ten piedad.
  • Tú, amor entregado hasta la muerte. Señor, ten piedad.

Ambientación a la Palabra:

La primera lectura presenta al rey David como unificador de los reinos de Israel y Judá. El himno a los colosense presenta a Cristo como centro de toda la historia de la salvación y cabeza de la Iglesia. El evangelio presenta a Jesús crucificado asumiendo el pecado de los seres humanos para unificarlos gracias a su amor entregado.

Lectura del segundo libro de Samuel

EN aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: «Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel»».
Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

HERMANOS:
Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado
al reino del Hijo de su amor,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque en él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones,
Principados y Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo,
y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él y para él
quiso reconciliar todas las cosas,
las del cielo y las de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

EN aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero:
«Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena?
Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Oración de los fieles, respondemos: “VENGA A NOSOTROS TU REINO”

  • Por la Iglesia, para que sepa vencer las tentaciones del poder y se ponga al lado de los necesitados para hacer creíble tu Reino. Oremos.
  • Oremos por los que tienen en sus manos y en sus decisiones el presente y el destino de los pueblos, para que entiendan que su verdadera autoridad está en el servir. Oremos.
  • Por los pobres y marginados, para que unan sus voces y nos conviertan al Reino de la justicia, el amor y la paz. Oremos.
  • Por todos los que hemos celebrado el año jubilar, para que seamos testigos de la misericordia que Dios ha tenido con nosotros. Oremos.
  • Por los que participamos en esta Eucaristía, para que el Señor nos cambie el corazón y salgamos a los caminos de la historia a anunciar el Evangelio. Oremos.

Rito de la paz: Compromiso de vivir en paz y armonía con toda la familia, próxima o alejada.

Oración después de la comunión

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas las dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y solo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
Ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.