VI Domingo de Pascua
Ambientación inicial:
La liturgia de este domingo vuelve a recordarnos el testamento del Señor: “Esto os mando: que os améis unos a otros”. Quien ama conoce a Dios, porque Dios es amor. Los cristianos hemos conocido el amor y hemos sido elegidos para amar. La Iglesia está destinada a manifestar el amor de su Señor, gratuito y universal, desinteresado y generoso, abriéndose a todos porque el don del Espíritu es para todos.
Bienvenidos a la fiesta de la alegría, al banquete de la amistad y del saberse queridos y amados por Dios.
Rito del perdón:
- Tú que eres Palabra hecha carne y que para nosotros tienes palabras de vida eterna. Señor, ten piedad.
- Tú eres el Pastor Bueno que nos guías por caminos saludables y te haces pan de vida. Cristo, ten piedad.
- Tú eres la vid de cuya savia quieres que nos alimentemos. Señor, ten piedad.
Ambientación a la Palabra:
El libro de los Hechos transmite la experiencia de los primeros discípulos, que el Espíritu de Dios se da a todos por igual, independientemente de su condición étnica. San Juan, en su primera carta, afirma que Dios es amor y de esta experiencia arranca el amor humano. El amor a los demás no es cuestión de voluntarismo, sino consecuencia de haber experimentado el amor de Dios. En el texto evangélico, aparece Jesús instruyendo a sus discípulos sobre aspectos decisivos de su existencia: el amor, la amistad, la libertad,…
Libro de los Hechos de los Apóstoles
Cuando iba a entrar Pedro, Cornelio le salió al encuentro y, postrándose, le quiso rendir homenaje. Pero Pedro lo levantó diciéndole:
«Levántate, que soy un hombre como tú».
Pedro tomó la palabra y dijo:
«Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea».
Todavía estaba hablando, cuando bajó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban la palabra, y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles, porque los oían hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios.
Entonces Pedro añadió:
«¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?»
Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo.
Entonces le rogaron que se quedara unos días con ellos.
El Señor revela a las naciones su salvación
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
a favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Primera carta del apóstol san Juan
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
Lectura del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros».
Oración de los fieles, respondemos: SEÑOR, ENSÉEÑANOS A AMAR
- Por la iglesia, para que todas las personas puedan experimentar en ella la fuerza del amor misericordioso del Padre. Oremos.
- Por nuestro mundo, marcado por el sufrimiento en sus distintas formas, para que el Padre lo transforme y ponga en cada corazón la misericordia y el perdón de su Hijo Jesús. Oremos.
- Por los gobernantes y ciudadanos, para que nos esforcemos en vivir en el respeto a todos, aceptando las diferencias. Oremos.
- Por los enfermos, los emigrantes, los perseguidos, las familias rotas, los niños abusados, los ancianos solos, para que puedan ver sobre ellos el espíritu de caridad. Oremos.
- Por los que anuncian a Jesús en cualquier lugar del mundo, los misioneros, los voluntarios, para que sientan la cercanía del Señor y el apoyo de toda la comunidad. Oremos
- Por todos los que celebramos esta eucaristía, para que siempre permanezcamos unidos al Señor y entre nosotros, ofreciendo espacios de vida fraterna. Oremos.
Después de la comunión:
Amaos:
como yo os he amado y amo,
este es mi deseo más íntimo
y mi único mandato;
es mi testamento y Evangelio
porque quiero que seáis mis amigos
y hermanos con los que comparto todo,
y no siervos ni esclavos.
Amaos:
y os sentiréis vivos,
y vuestro gozo se derramará a raudales,
y os pondréis en camino sin miedo,
y daréis fruto duradero,
y la tristeza quedará desterrada de vuestras entrañas,
y compartiréis mi alegría con todos,
y viviréis con plenitud día a día.
Amaos:
respetad vuestras diferencia,
gozad vuestras riquezas,
abrid vuestro corazón,
daos,
no os retengáis,
no os adueñéis,
no os esclavicéis.
¡Amaos como yo os he amado y amo!
¡Y gozad vuestro amor!