Domingo XXVIII Tiempo Ordinario ciclo C
Ambientación inicial
Bienvenidos a nuestra reunión semanal donde celebramos la vida como primer regalo personal y directo que recibimos de Dios a la que seguirán otros muchos. Somos la comunidad de los agradecidos y llenos de ese sentimiento nos disponemos a darle gracias por todos ellos. Nuestra vida de creyentes sólo puede ser acción de gracias.
Rito del perdón:
- Tú, Padre, que nos quieres y nos animas siempre. Señor, ten piedad.
- Tú, Jesús, nuestro hermano y Señor que nos das esperanza. Cristo, ten piedad.
- Tú, misterio desbordante, pero Dios cercano y lleno de ternura. Señor, ten piedad.
Ambientación a la palabra:
Dios interviene en la historia humana y el hombre ha de responder agradecido con el reconocimiento y la alabanza, como Nahamán, el sirio, o el leproso curado, o el hombre samaritano. Diez leprosos piden a Jesús su curación, sólo uno va más allá de la curación al reconocer que la adhesión a Jesús le ha curado y que la llegada del Reino le ha liberado de la marginación. La Palabra nos invita a ser agradecidos.
Lectura del segundo libro de los Reyes.
En aquellos días, el sirio Naamán bajó y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra de Eliseo, el hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio de su lepra.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel. Recibe, pues, un presente de tu siervo».
Pero Eliseo respondió:
Vive el Señor ante quien sirvo, que no he de aceptar nada. Y le insistió en que aceptase, pero él rehusó. Naamán dijo entonces:
Que al menos le den a tu siervo tierra del país, la carga de un par de mulos, porque tu servidor no ofrecerá ya holocausto ni sacrificio a otros dioses más que al Señor».
El Señor revela a las naciones su salvación
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
QUERIDO hermano:
Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio, por el que padezco hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la pa labra de Dios no está encadenada.
Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.
Es palabra digna de crédito: Pues si morimos con él, también viviremos con él; si perseveramos, también reinaremos con él; si lo negamos, también él nos negará.
Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».
Al verlos, les dijo:
«Id a presentaros a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Este era un samaritano.
Jesús, tomó la palabra y dijo:
«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».
Y le dijo:
«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».
Oración de los fieles:
- Por el Papa, obispos y sacerdotes, para que vivan su ministerio con agradecimiento por la misión que se les ha encomendado. Roguemos al Señor.
- Por todos los que te llamamos Padre, para que lo sintamos con alegría y agradecimiento. Roguemos al Señor.
- Por los que han recibido una educación religiosa llena de obligaciones, cumplimientos y tristezas, para que descubran la alegría de la fe. Roguemos al Señor.
- Por los jóvenes que son educados sin esperanza e invadidos con mensajes de ilusión, entretenimiento y ocio, para que abran los ojos a esa otra propuesta apasionante de Jesús. Roguemos al Señor.
- Por todos los necesitados de la tierra que nos esperan a su lado, para que no les defraudemos y demostremos ser hermanos de verdad. Roguemos al Señor.
- Por los que participamos en la eucaristía, para que nos lleve a ejercer una caridad sincera con los que nos rodean. Roguemos al Señor.
Después de la comunión
Gracias, Señor,
porque somos alegres,
porque somos débiles,
porque somos capaces de tener amigos,
porque somos diferentes.
Gracias, Señor,
porque nos quieres libres,
porque nos das responsabilidades,
porque nos sueñas adultos en tus planes,
porque nos amas tal como somos.
Gracias, Señor, por la vida que nos das,
por las dificultades que nos curten,
por los triunfos que nos animan,
por el camino recorrido y lo que nos queda.
Gracias, Señor,
porque así podemos hacer un mundo de personas
libres, iguales y hermanas.