Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario ciclo B

Ambientación inicial:

 Un domingo más, nuestra comunidad se reúne a encontrarse con Cristo resucitado en la proclamación de la Palabra y en la fracción del Pan. En este encuentro Jesús nos llama a seguirlo como la joven del evangelio, pero esta llamada exige de nosotros la renuncia a todo aquello que se interponga entre Jesús y nosotros; a todo aquello que impida ver la verdadera luz que da sentido a nuestras vidas.

Rito del perdón:
  • Por las veces que no somos oyentes atentos de la Palabra. Señor, ten piedad.
  • Por las veces que oímos la palabra y no la hacemos vida. Cristo, ten piedad.
  • Porque no nos atrevemos a renunciar a todo aquello que nos impide el seguimiento de Jesús. Señor, ten piedad.
Ambientación a la palabra

La palabra de Dios nos recuerda este domingo que la sabiduría y el seguimiento de Jesús son los valores que superan todos los demás y nos proporcionan la clave para el discernir y relativizar los otros valores humanos y materiales.

Lectura del libro de la Sabiduría

Supliqué y me fue dada la prudencia,
invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría .
La preferí a cetros y tronos
y a su lado en nada tuve la riqueza.
No la equiparé a la piedra más preciosa
porque todo el oro ante ella es un poco de arena
y unto a ella la plata es como el barro.
La quise más que a la salud y la belleza
y la preferí a la misma luz,
porque su resplandor no tiene ocaso.
Con ella me vinieron todos los bienes juntos,
tiene en sus manos riquezas incontables.

R/. Sácianos de tu misericordia, Señor,
y estaremos alegres.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana, sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas. R/.

Que tus siervos vean tu acción
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos:
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
«Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Pedro se puso a decirle:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecusiones— y en la edad futura, vida eterna».

Oración de los fieles:
  • Por la Iglesia, de la que todos somos responsables, para que anuncie con valentía el Evangelio sin doblegarse ante los poderes de esta sociedad. Roguemos al Señor.
  • Por quienes controlan las riquezas y recursos de la tierra, para que abran su corazón a las necesidades de todos. Roguemos al Señor.
  • Por todos los grupos de la parroquia, especialmente por los grupos de niños y jóvenes, para respondan con alegría a la propuesta apasionante que Jesús les hace. Roguemos al Señor.
  • Te pedimos que nos concedas a todos el espíritu de sabiduría que nos oriente en el camino de la vida que vamos recorriendo. Roguemos al Señor.
  • Hay personas necesitadas de solidaridad, débiles, cansadas, enfermas, hundidas por la violencia o la miseria, por todas ellas. Roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros, para que nos ayudes a ser más coherentes en nuestra vida cristiana. Roguemos al Señor.
Oración después de la comunión

Hemos escuchado, Señor, la voz de tu Hijo.
Que nos invitaba a dejarlo todo para seguirle,
y le hemos dicho que sí.
Hemos dejado todo; pero las cosas vuelven y se nos pegan.
Hemos escuchado la voz de tu Hijo
y le hemos dicho que sí.
Ya que no queremos vivir para nosotros,
sino para que venga tu Reino.
Queremos vivir, Señor, como los amantes,
porque es tu amor el que nos hace atentos;
él nos lleva, como a ti, a escuchar el clamor del oprimido,
él nos lleva a servirte en el pueblo creyente y pobre,
él nos lleva a obedecer estos signos de los tiempos.
Queremos vivir en obediencia a tu voz, que nos dice “ven”
y que, cuando nos has convertido, nos dice “ve a mi pueblo”.