IV Domingo del Tiempo Ordinario ciclo A

Ambientación inicial:

Bienvenidos a la celebración en este cuarto domingo del Tiempo Ordinario. Hoy las lecturas nos van a hablar sobre el gran don de la buena gente, sobre el saber llevar con fe los problemas de la vida diaria. En un mundo donde las quejas es lo más habitual, escucharemos de labios de Jesús su gran discurso de la Bienaventuranzas. Los problemas vienen y van, pero la fe siempre queda para levantarnos cada día. Pidamos a Dios que aumente nuestra fe para encontrar la felicidad y la paz en nuestro caminar.

Rito del perdón:
  • Por las veces que nos puede la tristeza y no vemos ninguna solución. Señor, ten piedad.
  • Porque te honramos más con los labios que con el corazón. Cristo, ten piedad.
  • Por creer que el éxito y la felicidad solo viene por el dinero y el `poder. Señor, ten piedad.
Ambientación a la palabra:

Sofonías, en la primera lectura, denuncia a los que rigen los destinos del pueblo sin escuchar la voz de Dios, cometiendo injusticias con los más débiles. San Pablo nos dice que Dios ha elegido a los más débiles para confundir a los fuertes de este mundo. Jesús, en el evangelio, nos invita a abrir nuestro corazón a su mensaje para que podamos ser felices.

Lectura de la profecía de Sofonías

Buscad al Señor los humildes de la tierra,
los que practican su derecho,
buscad la justicia, buscad la humildad,
quizá podáis resguardaros
el día de la ira del Señor.
Dejaré en ti un resto,
un pueblo humilde y pobre
que buscará refugio en el nombre del Señor.
El resto de Israel no hará más el mal,
no mentirá ni hará engaño en su boca.
Pastarán y descansarán,
y no habrá quien los inquiete.

Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos R

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sion, de edad en edad. R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

FIJAOS en vuestra asamblea, hermanos: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.
A él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención.
Y así ─como está escrito─: «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan
y os calumnien de cualquier modo por mi causa.
Alegraos y regocijaos,
porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Oración de los fieles, respondemos: TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
  • Por los cristianos, para que mostremos con nuestra vida que la fe en Cristo nos da una alegría incomparable. Oremos.
  • Oremos por los pueblos de la tierra, para que sus gobernantes sepan buscar el bien común y facilitar una mejor distribución de los bienes que Dios nos ha regalado. Oremos.
  • Por quienes están sufriendo a causa de las guerras, las hambrunas o el paro, para que encuentren en nosotros la esperanza que necesitan. Oremos.
  • Por la paz en el mundo; el próximo martes celebramos el Día Mundial de la No-violencia, para que la paz sea una realidad cerca y lejos de nosotros, Oremos.
  • Por las comunidades de vida consagrada, para que la celebración de la fiesta de la Presentación del Señor, el próximo dos de febrero, les ayude a ser faro de amor que tanto necesita nuestro mundo. Oremos
  • Por nuestra comunidad y cada uno de nosotros, para que seamos entusiastas seguidores de Jesús. Oremos.
Después de la comunión:

Te damos gracias, Señor Dios nuestro,
por los que se han hecho pobres para enriquecer a otros.
Te damos gracias, Señor Dios nuestro,
por los que saben escuchar las miserias de otros
y curan las heridas haciendo el dolor soportable.
Te damos gracias, Señor Dios nuestro,
por los que siembran tranquilidad y paz.
Te damos gracias, Señor Dios nuestro,
por los que tienen hambre de justicia
y que sufren cuando se perpetra injusticia contra sus prójimos.
Te damos gracias, Señor Dios nuestro,
por aquellos cuyas intenciones son honestas, francas y leales.
Te damos gracias, Señor Dios nuestro,
por los que creen en los senderos que conducen a la paz.
Te damos gracias, Señor Dios nuestro, 
por todos los hombres y mujeres que se sienten felices,
cuya alegría lleva sonrisas a los que les rodean
y cuyo estilo de vida liberador es un rayo de esperanza refrescante para todos.