I Domingo de Cuaresma – Ciclo B

Ambientación inicial:

En este domingo primero de Cuaresma el Señor nos invita, desde su amor, a que optemos, elijamos caminos de vida para nosotros y para nuestra sociedad. Somos invitados a ser adultos, a no dejarnos arrastrar ni dominar por las circunstancias, a optar por seguir los caminos del Señor. No estamos solos, somos peregrinos acompañados, orientados y alimentados. Dispongámonos a recorrer la primera etapa del camino cuaresmal.

Rito del perdón:

  • Por nuestra falta de coraje para reconocer y afrontar humildemente nuestros errores. Señor, ten piedad.
  • Por las veces que huimos ante las dificultades en lugar de afrontarlas para convertir el corazón. Cristo, ten piedad.
  • Por nuestra vida rutinaria, acomodada y esquiva, impidiendo que la Palabra nos toque el corazón. Señor, ten piedad.

Ambientación a la Palabra:

Hoy, la Palabra de Dios nos enseña que las dificultades de la vida, en lugar de ser motivos para el desconsuelo, se transforman para el cristiano en ocasiones para reconocer la actuación de Dios. Porque Él ha hecho un pacto con la humanidad, una alianza de amor, que con Jesús se convirtió en Buena Noticia para todos.

Lectura del libro del Génesis. Gén 9, 8-15

Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes».

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad
para los que guardan tu alianza.
Sal 24, 4-5ab. 6 y 7bc. 8-9

        V/.   Señor, enséñame tus caminos,
                instrúyeme en tus sendas:
                haz que camine con lealtad;
                enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.   R/.

        V/.   Recuerda, Señor, que tu ternura
                y tu misericordia son eternas.
                Acuérdate de mí con misericordia,
                por tu bondad, Señor.   R/.

        V/.   El Señor es bueno y es recto,
                y enseña el camino a los pecadores;
                hace caminar a los humildes con rectitud,
                enseña su camino a los humildes.   R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.Pe 3, 18-22

Queridos hermanos:
Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios.
Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu; en el espíritu fue a predicar incluso a los espíritus en prisión, a los desobedientes en otro tiempo, cuando la paciencia de Dios aguardaba, en los días de Noé, a que se construyera el arca, para que unos pocos, es decir, ocho personas, se salvaran por medio del agua.
Aquello era también un símbolo del bautismo que actualmente os está salvando, que no es purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia, por la resurrección de Jesucristo, el cual fue al cielo, está sentado a la derecha de Dios y tiene a su disposición ángeles, potestades y poderes.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 1, 12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Oración de los fieles:

  • Por la Iglesia, empujada por el Espíritu al desierto de la Cuaresma, para que no se deje seducir por los afanes de nuestro mundo y siga mostrando la alegría del Evangelio. Roguemos al Señor.
  • Para que las diferentes formas de opresión y esclavitud contra inocentes no desalienten nuestra lucha por la justicia y la dignidad de las personas. Roguemos al Señor.
  • Por todos los que están viviendo situaciones de desesperanza y piensan que no pueden seguir adelante en el camino de la vida, para que encuentren fuerza en la Palabra de Dios. Roguemos al Señor.
  • Por todos los que seguimos a Jesús, para que hagamos el esfuerzo de entrar dentro de nosotros mismos y descubramos la importancia de mejorar nuestras relaciones. Roguemos al Señor.
  • Por todos los enfermos, por los que los cuidan y por los que buscan solución a cada enfermedad. Roguemos al Señor.
  • Por nuestra comunidad y por nosotros mismos, aquí reunidos, para que la seducción de seguir el camino fácil no nos haga olvidar tu Palabra, y podamos vivir la experiencia de encuentro con Dios en Cristo. Roguemos al Señor

 Después de la comunión:

Contigo en el desierto, Señor,
sentimos la tentación de la desesperanza
o sabiendo qué camino escoger,
cansados de este tiempo de encierro y de silencio.
Pero Tú nos regalas este tiempo, estas cinco semanas,
para encontrarnos con nosotros mismos
y descubrir, contigo, que tu Reino está cerca,
en medio del desierto de nuestra incertidumbre,
como un oasis de certidumbre y esperanza.
Ayúdanos, Señor, en este tiempo de Cuaresma,
a descubrir tu Reino en medio de nosotros.
Miércoles de ceniza