Festividad del Corpus Christi

Ambientación inicial:

Hoy celebramos con alegría la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. El pan de Dios que hoy y siempre partimos y repartimos nos recuerda la necesidad de partirnos por y para los demás. La Eucaristía no es sólo un acto de adoración, sino un compromiso de vida. Necesitamos ser pan partido, ofrecer lo que somos y tenemos, especialmente por los más débiles y necesitados.
Que esta celebración nos fortalezca en nuestra misión de vivir la caridad, de abrir caminos de esperanza y de ser testigos del amor de Dios que se hace pan para todos.

Rito del perdón:

  • Por las veces que no somos fieles a nuestro compromiso bautismal. Señor, ten piedad.
  • Porque participamos de la Eucaristía y no sabemos amarnos los unos a los otros. Cristo, ten piedad.
  • Porque permanecemos indiferentes ante las necesidades y problemas de los demás. Señor, ten piedad.

Ambientación la Palabra:

San Pablo nos recuerda la institución de la eucaristía y el evangelio, con el relato de la multiplicación de los panes, nos recuerda que el compromiso eucarístico nos pide que entreguemos lo nuestro para alimentar a los necesitados, porque si somos capaces del desprendimiento llegará para todos y sobrará.

Lectura del libro del Génesis

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y le bendijo diciendo:
«Bendito sea Abrán por el Dios altísimo,
creador de cielo y tierra;
bendito sea el Dios altísimo,
que te ha entregado tus enemigos».
Y Abrán le dio el diezmo de todo.

R/.    Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». R/.

Desde Sion extenderá el Señor
el poder de su cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R/.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora». R/.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios

Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

EN aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación.
El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado».
Él les contestó:
«Dadles vosotros de comer».
Ellos replicaron:
«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente».
Porque eran unos cinco mil hombres.
Entonces dijo a sus discípulos:
«Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno».
Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzan-do la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sir-vieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

Oración de los fieles, respondemos: Escucha, Señor, nuestra oración”

  • Por la Iglesia, alimentada y fortalecida por el Cuerpo de Cristo, para que sea signo de unidad y caridad, dando testimonio de su amor en el servicio a los más débiles. Oremos.
  • Por los gobernantes y responsables políticos, para que se dejen guiar por la justicia y la misericordia, y promuevan un mundo más justo y solidario. Oremos.
  • Por todos los voluntarios y trabajadores de Cáritas, para que continúen llevando la luz de la esperanza y el amor de Cristo a los más pobres y necesitados. Oremos.
  • Por todas las personas que viven en situación de vulnerabilidad y sufrimiento y se acercan a las “Cáritas Parroquiales”, para que siempre se sientan bien acogidas, escuchadas y comprendidas. Oremos.
  • Por todas las personas que sufren esclavitud física, psíquica o espiritual, para que descubran, a través nuestro, que Cristo nos ofrece caminos de liberación.y esperanza. Oremos.
  • Pedimos por la Paz en el mundo, por todas las personas que están sufriendo el horror de las guerras y para que cambie el corazón de los que las promueven y alientan. Oremos.
  • Por todos nosotros, para que, al recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, nuestro corazón se transforme y sepamos abrir caminos de liberación para los más necesitados. Oremos.

Oración después de la comunión:

Mis manos, esas manos y Tus manos
hacemos este Gesto, compartida
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.

Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser unida
Ciudad de Dios, ciudad de los humanos.
Comiéndote sabremos ser comida.

El vino de sus venas nos provoca.
El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.

Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.