Solemnidad de Jesucristo rey del Universo ciclo A

Ambientación inicial:

Bienvenidos a la Eucaristía. Hoy, celebramos la festividad de Cristo Rey del Universo, con la que termina el año litúrgico. Cada semana hemos acogido la Palabra del Señor y hemos comulgado su cuerpo para vivir y amar como Él.
El Señor nos acompaña y nos guía, como buen pastor. Nos ama con un amor entregado, se pone a nuestro servicio y nos da vida. Que esta celebración nos ayude a ser testigos de Jesucristo, signos visibles de su Reino, sirviéndole a Él en los más necesitados y en todos los que sufren.

Rito del perdón:
  • Tú, el Buen Pastor, que nos guías, nos defiendes y cuidas. Señor, ten piedad.
  • Tú, Rey del Universo, que nos llamas a ser signos y testigos de tu Reino. Cristo, ten piedad.
  • Tú, Juez misericordioso, que te identificas con los pobres y los que sufren, y nos llamas a servirte en ellos. Señor, ten piedad.
Ambientación a la Palabra:

Jesús es el pastor que cuida primorosamente de su rebaño, busca las ovejas perdidas y protege a las indefensas. Jesús el Gran pastor muerto por sus ovejas y resucitado para nuestra salvación. Es el Hijo del Hombre, que quiere que todos practiquemos las obras de misericordia para entrar en su Reino definitivo, como benditos de Dios.

Lectura de la profecía de Ezequiel

Esto dice el Señor Dios:
«Yo mismo buscaré mi rebaño
y lo cuidaré.
Como cuida un pastor de su grey dispersa,
así cuidaré yo de mi rebaño
y lo libraré,
sacándolo de los lugares por donde se había dispersado
un día de oscuros nubarrones.
Yo mismo apacentaré mis ovejas
y las haré reposar
─oráculo del Señor Dios─.
Buscaré la oveja perdida,
recogeré a la descarriada;
vendaré a las heridas;
fortaleceré a la enferma;
pero a la que está fuerte y robusta la guardaré:
la apacentaré con justicia».
En cuanto a vosotros, mi rebaño,
esto dice el Señor Dios:
«Yo voy a juzgar entre oveja y oveja,
entre carnero y macho cabrío».

R./ El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar. R/.

Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.

R/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos:
Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.
Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección. Pues lo mismo que en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados.
Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después todos los que son de Cristo, en su venida; después el final, cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre, cundo haya aniquilado todo principado, poder y fuerza.
Pues Cristo tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte.
Y, cuando le haya sometido todo, entonces también el mismo Hijo se someterá al que se lo había sometido todo. Así Dios será todo en todos.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante todas las naciones.
Él separará a nos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá» las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed, y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”. Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

Oración de los fieles, respondemos: VENGA A NOSOTROS TU REINO
  • Por la Iglesia, para que sepa vencer las tentaciones de poder, acaben en ella los privilegios y se muestre humilde servidora del reino de Dios. Oremos.
  • Para que aumente la conciencia ciudadana y la capacidad de exigir responsabilidades a quienes utilizan el poder en beneficio propio. Oremos.
  • Pedimos para que llegue la paz a todos los lugares donde las personas sufren el drama de la guerra y la violencia. Oremos
  • Por los laicos, para que asuman los derechos y responsabilidades adquiridos en el bautismo de ser el pueblo de Dios sacerdote, profeta y rey. Oremos.
  • Para que reconozcamos a Cristo presente y desfigurado en el rostro de los empobrecidos. Oremos.
  • Por todos nosotros, para que contribuyamos a la implantación de la verdad, la justicia y la paz. Oremos.
Oración después de la comunión

Jesús, maestro bueno,
enséñame a vivir solidariamente.
Ayúdame a convertir mi corazón duro
en un corazón sensible y cercano a los que sufren.
Enséñame a construir la justicia y el Reino.
Ayúdame a descubrir tu rostro
en el que pasa hambre, o sufre sed o frío,
o está desnudo, enfermo o en la cárcel.
Enséñame a verte en los despojados
que viven al lado del camino
en nuestra sociedad de hoy.
Enséñame a ser solidario
compartiendo lo que tengo,
que es regalo y don tuyo.
Que mi fe pase por las obras y no se quede en palabras.
Jesús, ayúdame a seguir tus pasos
y ser tu discípulo
por el camino de la solidaridad activa
y el compromiso con la vida de los demás.