Viernes Santo

Ambientación inicial

Iniciamos esta celebración en la que conmemoramos la Pasión y Muerte del Señor. Jesús nos entrega su vida.  Desde su nacimiento, Jesús ha sido fiel a la voluntad de Dios coma un padre que no quiere que ninguno de sus hijos se pierda, sino que tengan vida en abundancia. y ahora, en un gesto definitivo de amor y de fidelidad nos entrega su vida.
La cruz instrumento de humillación y de muerte es, desde entonces, lugar de gracia y salvación.  muriendo en ella, Jesús destruyó la muerte, y resucitando restauró la vida.  sus huellas nos han sanado coma y de su costado abierto han nacido los sacramentos de su amor y el sacramento de la Iglesia. acojamos, meditemos y demos gracias por este misterio de salvación.

Ambientación a la palabra

Dios construye la vida donde, aparentemente coma solo hay condena y muerte. Jesús es ciervo injustamente condenado coma que siendo vejado ora por los pecadores; que estando herido sana todos. la paradoja del misterio salvador de Dios. Desde entonces, al contemplar su profunda humanidad y su solidaridad con el ser humano sabemos, por la fe, que él es el camino que nos conduce hasta Dios Padre. “Todo se ha cumplido” dirá Jesús antes de morir. Con estas palabras, Jesús manifiesta que toda su vida ha sido una vida de entrega obediente a la voluntad salvífica del Padre.  Con este cumplimiento, la salvación de Dios es una realidad que alcanza a toda la humanidad.

Oración universal

Hoy la oración de petición tiene una dimensión especial.  nos subimos a la oración de Jesús y al sentido que dio a su vida:  hacer realidad la voluntad de Dios coma horario trabajar para que todos sus hijos tengan vida en abundancia, para que venga su reino.  en el corazón de Dios existimos todos sus hijos, hombres y mujeres de todo tiempo, de toda condición, de toda raza, color, religión.  nos conoce por el nombre, y en Jesús nos ha amado y nos ha salvado.  nadie ha quedado excluido.  traigamos a la oración la vida de todos nuestros hermanos, especialmente la de todos aquellos que hoy padecen y en ellos se repite la Pasión de Cristo.

  1. Por la Iglesia

Oremos hermanos, por la Iglesia, para que el Señor le dé su espíritu.  por el Papa Francisco, por los pastores y agentes de pastoral, por todos los miembros del pueblo de Dios para que el Señor nos conceda vivir y perseverar en la vocación a la que hemos sido llamados.

Sacerdote:  no olvides, Señor, echar tu mirada compasiva sobre esta iglesia tuya para que, juntos, trabajemos por tu reino de forma humanizadora y generosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  1. Por la unidad de los cristianos y creyentes.

Oremos por todos los que creemos en Cristo, para que haciendo del Evangelio nuestra norma de vida, caminemos en decisión hacia la unidad, para que todos formemos un solo rebaño bajo un solo pastor conforme al deseo del Señor.  Oremos también por los creyentes de otras religiones y culturas, para que todos seamos signo de paz y de fraternidad en nuestro mundo. (Silencio)

Sacerdote: Que descubramos, Padre, por el diálogo, que cada tradición tiene un tesoro. Y que en el diálogo te hagamos a ti presente ante nosotros como semilla de luz y verdad que oriente nuestras búsqueda. Por Jesucristo nuestro Señor.

  1. Por los no creyentes.

Oremos por los hombres y mujeres que no creen en Dios, para que siendo fieles a su conciencia, la honradez y la coherencia de sus vidas les haga descubrir que Dios no está lejos de ellos y que Dios Creador y Padre se comunica siempre con sus criaturas y con sus hijos. (Silencio)

Sacerdote: Tú, Padre, no eres el Dios de unos pocos sino el Padre de todos.  Aunque algunos de ellos no crean en ti, tú sí crees en ellos.  Que su postura no creyente nos ayude a purificar nuestra fe y nos fuerce a un verdadero testimonio de ti con nuestra vida.  Por Jesucristo nuestro Señor

  1. Por los gobernantes

Oremos para que en todos los países sean elegidos como gobernantes, hombres y mujeres íntegros, que deseen servir a la sociedad, y así podamos conocer progresos importantes en la práctica de los Derechos Humanos, de la justicia y de la paz en el interior de cada país y en el mundo entero. (Silencio)

Sacerdote: Que sean las personas, Señor y el bien común, el centro de toda la acción política punto que desaparezcan los ciegos partidismos, la corrupción y la mentira. que la vida política sea realmente un servicio y una fuente de autoridad. Por Jesucristo nuestro Señor

  1. Por los pobres y los que sufren

Oremos para que Dios Nuestro Señor, ilumine nuestra inteligencia y reafirme nuestra voluntad para erradicar las causas del hambre, verdadero azote de la humanidad. Le pedimos ser solidarios con todas las víctimas de las guerras y de toda forma de violencia. Recordamos ante el Señor a todos los perseguidos injustamente, a los que no tienen trabajo, a los niños explotados, a los excluidos de nuestra sociedad, para que la salvación de Jesucristo se haga presente en todos ellos. (Silencio)

Sacerdote: Dios, Padre Nuestro, Padre de la vida. Danos la misericordia que brota de tu Espíritu para que sepamos ayudar a tantos hombres y mujeres, niños y niñas, a salir de los abismos del dolor en cuyas cruces sigue muriendo hoy Cristo, tu Hijo. Danos entrañas de misericordia y fortaleza para la justicia. Por Jesucristo nuestro Señor

  1. Por quienes sufren en tiempo de pandemia

Oremos por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual:  Para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todos los fallecidos. (silencio)

Sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, singular protector en la enfermedad humana, mira compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta pandemia, alivia el dolor de los enfermos, da fortaleza a quienes los cuidan, acogen tu paz a los que han muerto y, mientras dura esta tribulación, haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor

Adoración de la cruz

La cruz ha de ser para nosotros, los cristianos, símbolo de la sabiduría de Dios, manifestación de su amor, manantial de la salvación universal. Con palabras de San Pablo volvemos a recordar que “nosotros proclamamos un Cristo crucificado”. Los judíos dicen: “¡qué vergüenza!”, los griegos dicen: “¡que locura!” … pero la “locura” de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres.
Acerquémonos a la cruz y acojamos esta debilidad y esta sabiduría de Dios. Hagamos de la cruz nuestra fortaleza y nuestra sabiduría para vivir y comunicar, en medio de nuestro mundo, el evangelio de la alegría y del amor.

Antes de la comunión

Jesús es para siempre, pan y vino. Sembrado en la tierra de los hombres, sus hermanos, ha crecido entre ellos, lleno de gracia y de verdad; y, llegada la hora, la hora de la siega y de la vendimia, se ha entregado para la vida del mundo. Su vida triturada y molida como los granos de trigo, pisoteada como las uvas de la vid, es pan y bebida de salvación, que quitan el hambre y calman la sed. Comamos y bebamos de Él.  Comulguemos con Él y, como enviado suyos, seamos en medio de la vida pan y vino para nuestros hermanos.

 Despedida  queridos hermanos y hermanas, que Dios, nuestro Padre, os bendiga hoy y todos los días de vuestra vida; os conceda la gracia de conocer y vivir lo que hoy acabamos de celebrar.  Que os conceda ser testigos de la sabiduría de la cruz, constructores de toda reconciliación, creadores de esperanza, testigos de la resurrección del Señor

Oración ante la cruz con María