Domingo I de Cuaresma ciclo B

Ambientación inicial

No estamos en una Cuaresma más, tenemos la oportunidad de convertirnos, de mostrar el auténtico rostro de Jesús, de volvernos a Él y preguntarnos cada uno y como comunidad si estamos haciendo lo que tenemos que hacer o por el contrario las tentaciones que nos ofrecen una salvación inmediata nos ciegan y velan nuestra visión.
Que esta eucaristía nos ayude a tomar conciencia de que estamos llamados a crecer en fe y a seguir a Cristo como discípulos misioneros.

Rito del perdón:
  • Tú, que nos llamas a renovar tu alianza con nosotros. Señor, ten piedad.
  • Tú, que sufriste en la cruz, para conducirnos a Dios. Cristo, ten piedad.
  • Tú, que fuiste llevado al desierto y venciste la tentación. Señor, ten piedad.
Ambientación a la Palabra

En este primer domingo de Cuaresma la liturgia de la Palabra nos invita a reflexionar sobre la voluntad de Dios de mantener su compromiso con toda la creación. La alianza universal de Dios es preámbulo de la salvación universal en Jesucristo. Una salvación expresada en el bautismo para todos aquellos que con humildad soliciten sus enseñanzas y pongan sus vidas en manos de Dios, el Dios de la misericordia.

Lectura del libro del Génesis.

Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para toda las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes».

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad
para los que guardan tu alianza.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

El Señor es bueno y recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro

Queridos hermanos:
Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios.
Muerto en la carne, pero vivificado en el Espíritu; en el espíritu fue a predicar incluso a los espíritus en prisión, a los desobedientes en otro tiempo cuando la paciencia de Dios aguardaba, en los días de Noé, a que se construyera el arca, para que unos pocos, es decir, ocho personas, se salvaran por medio del agua.
Aquello era también un símbolo del bautismo que actualmente os está salvando, que no es purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia, por la resurrección de Jesucristo, el cual fue al cielo, está sentado a la derecha de Dios y tiene a su disposición ángeles, potestades y poderes.

R/.      No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea  a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca del reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Oración de los fieles:
  • Por la Iglesia, para que no caiga en la tentación de querer lograr con los medios humanos lo que solo puede alcanzarse por la acción del Espíritu. Reguemos al Señor.
  • Por los que forman parte de las instituciones políticas y económicas, para que el respeto a cada persona inspire sus proyectos y decisiones. Roguemos al Señor.
  • Por los que sufren los efectos de los desastres naturales, de la explotación abusiva de los recursos, de los conflictos armados, para que se busquen soluciones válidas. Roguemos al Señor.
  • Por los que viven sin ilusión, ni esperanza, para que sientan la presencia del Señor que camina a su lado y que los ama con un amor fiel. Roguemos al Señor.
  • Para que creer en el Evangelio deje de ser una mera acogida intelectual y pase a ser experiencia de vida y compromiso. Roguemos al Señor.
  • Por nuestra comunidad, para que todos, esta Cuaresma, pongamos a Dios como el centro de nuestra vida. Roguemos al Señor.
Oración después de la comunión

Ayúdame, Señor, a desterrar del corazón
el egoísmo que tantas lo envuelve.
Ayúdame a no fracasar en el intento
de estar atento al dolor de los demás.
Ayúdame a saber mirar la realidad,
a descubrir la injusticia y la maldad.
Ayúdame a ser mensajero de esperanza,
a arriesgar, si fuera necesario, la vida por los demás.
Que mis manos estén abiertas para dar y proteger.
Que mi corazón tiemble con cada hombre y mujer que padecen.
Que ocupe en el mundo el lugar preciso que Tú quieres para mí.
Que mi vida no sea estéril.
Que deje un recuerdo cálido en la gente que encuentre.
Que sepa hablar de paz, imaginar la paz, construir la paz.
Que ame, aunque a veces duela.
Que distinga en el horizonte las señales de tu obra.
Todo esto deseo, todo esto te pido, todo esto te ofrezco, Padre.