SANTA MARÍA MADRE DE DIOS -2023

Ambientación inicial:

            Bienvenidos a la celebración al comienzo del nuevo año, que se nos da como nueva oportunidad para la paz, para la fraternidad, para la esperanza. María, la Madre de Dios, la llena de gracia nos guiará por las sendas del amor. Es el amor de Dios quien nos bendice a nosotros sus hijos e hijas. Ahora, y a lo largo del año, seremos los testigos de ese Amor.

Pediremos para que Dios bendiga a su pueblo con la paz, ilumine nuestros rostros con su amor y así se lo comuniquemos a nuestros hermanos, los hombres.

Rito del perdón:

  • Perdón, Señor, por todas las veces que el brillo de las fiestas efímeras y el afán consumista nos han hecho olvidarnos de Ti. Señor, ten piedad.
  • Perdón, Señor, por todas las veces que no hemos colaborado a que reine la paz en nuestra familia y en nuestro entorno. Cristo, ten piedad.
  • Perdón, Señor, porque en ocasiones sólo acudimos a ti para pedirte cosas, pero nos olvidamos de darte gracias y celebrar todo lo que haces por nosotros. Señor, ten piedad.

Ambientación a la Palabra:

 Los jefes de las naciones se empeñen en la ayuda a los países más empobrecidos y menos desarrollados. Escuchar las Palabra de Dios es recibir un regalo y un compromiso: ser testigos y colaboradores de la actuación de Dios.

Lectura del libro de los Números

El Señor habló a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre su rostro
y te conceda la paz”
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré»

Que Dios tenga piedad y te bendiga

Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra.

Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

Hermanos:
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial.
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Oración de los fieles, respondemos: “SEÑOR, VENGA A NOSOTROS TU PAZ”

  • Que el Espíritu Santo haga que también Dios nazca en nosotros, volviéndonos hombres de paz: Pacificados y pacificadores. Oremos.
  • Pedimos para que sea el diálogo y no la guerra, lo que nos haga crecer como seres humanos. Oremos.
  • Para que desaparezcan las guerras actuales y trabajemos por un mundo en el que las guerras no sean posibles. Oremos.
  • Para que desaparezca la industria armamentística y el criterio de “si quieres la paz, prepara la guerra”, que es tu negación, Señor, Príncipe de la Paz. Oremos.
  • Para que, en este año nuevo, los jefes de las naciones se empeñen en la ayuda a los países más empobrecidos y menos desarrollados, trabajando por la justicia y la equidad. Oremos
  • Que demos un verdadero culto a María, sencilla muchacha de Nazaret, que por eso agradó a Dios, sin joyas ni coronas que ella nunca quiso para sí. Oremos..

Después de la comunión:

En este día recibimos tu bendición,
Tú siempre dices bien de nosotros, nos bendices,
nos proteges, nos iluminas y nos concedes tu favor.
Hoy nos unimos al grito de júbilo de toda la Iglesia
que canta la alegría por todo lo que haces por nosotros.
Sigue protegiendo la obra de tus manos, Señor.
Sigue regalándonos la hermosura de la Creación,
con sus valles, sus montañas, sus estrellas.
Sigue iluminando las mentes de tus hijos para
que nos empeñemos siempre en elegir el bien y no el mal,
la paz y no la guerra, el amor y no el rencor.
Sigue enviándonos la fuerza del Espíritu de Jesús,
que nos recuerde cada día a tu Hijo, nuestro hermano y Señor.
Por todo lo que hemos visto y oído, gracias, Señor.
Por la vida, gracias, Señor.
Por el regalo y el don de la fe, gracias, Señor.
Por nuestra familia, gracias, Señor.
Por María, la madre de tu Hijo, nuestra madre, gracias, Señor.
Alabado y bendecido sea tu nombre,
ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.