DOMINGO XIX Ciclo B
Ambientación inicial:
Bienvenidos a la celebración de la Eucaristía. Cada domingo los cristianos nos reunimos par escuchar la Palabra de Dios y celebrar la Acción de Gracias. Necesitamos celebrar la fe y sentir la fuerza de Dios para reparar el desgaste de fuerzas del camino y realizar la misión que el Padre Bueno nos ha encomendado. Dispongámonos a comulgar con Cristo verdadero pan de vida.
Rito del perdón:
- Por las veces que nos falta fe y no sentimos hambre del Pan de la Palabra. Señor, ten piedad.
- Por las veces que perdemos la esperanza en nuestro camino de discípulos. Cristo, ten piedad.
- Por las veces que, alimentados con el Pan de vida, no somos capaces de compartir el pan material. Señor, ten piedad.
Ambientación a la Palabra:
El evangelio nos presenta a Jesús como el auténtico alimento que sacia: es el pan de vida. Quien lo descubre cree en Él y camina tras sus pasos. Dios siempre ha alentado y alimentado a sus hijos, nunca nos abandona. A pesar de nuestras flaquezas y limitaciones, Él, que cuenta con nosotros, nos sostiene y nos da la fuerza necesaria para ser sus testigos en toda circunstancia y en todo lugar.
Lectura del primer libro de los Reyes 1 Re 19, 4 – 8
En aquellos días, Elías anduvo por el desierto una jornada de camino, hasta que, sentándose bajo una retama, imploró la muerte diciendo:
«¡Ya es demasiado, Señor! ¡Toma mi vida, pues no soy mejor que mis padres!».
Se recostó y quedó dormido bajo la retama, pero un ángel lo tocó y dijo:
«Levántate y come».
Miró alrededor y a su cabecera había una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió, bebió y volvió a recostarse. El ángel del Señor volvió por segunda vez, lo tocó y de nuevo dijo:
«Levántate y come, pues el camino que te queda es muy largo».
Elías se levantó, comió, bebió y, con la fuerza de aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.
Salmo responsorial 33, 2 – 3. 4 – 5. 6 – 7. 8 – 9
Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. Ef 4, 30 – 5, 2
Hermanos:
No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios con que él os ha sellado para el día de la liberación final.
Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.
Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.
Lectura del santo Evangelio según san Juan Jn 6, 41 – 51
En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo» y decían:
«¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»
Jesús tomó la palabra y les dijo:
«No critiquéis. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “serán todos discípulos de Dios”.
Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre como de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Oración de los fieles:
- Pedimos por la Iglesia, para que se alimente siempre de tu Palabra, verdadero pan de vida, y no de otras palabras que no proceden de ti. Roguemos al Señor.
- En el mundo hay casi mil millones de personas que pasan hambre, pedimos para que las autoridades de las naciones acierten en el bien común y se imponga un nuevo orden económico en el que todos puedan disfrutar del alimento necesario. Roguemos al Señor.
- Pedimos por quienes no tienen paz, por quienes sufren violencia, por quienes son perseguidos por la fe. Roguemos al Señor.
- Pedimos por los enfermos, por el personal sanitario y por todo el pueblo, para que actúe pensando en los demás. Roguemos al Señor.
- Pedimos por todos los creyentes, para que alimentados por la Palabra y el pan de la Eucaristía nos mantengamos firmes en la fe. Roguemos al Señor.
- Por todos los que están disfrutando de unos días de descanso, para que no sea tiempo perdido, sino tiempo de encuentro y de amistad. Roguemos al señor.
Después de la comunión:
“Que bien sé yo la fonte
que mana y corre,
aunque es de noche.
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
Aquesta viva fonte que deseo,
en este pan de vida yo la veo
aunque es de noche”.