II Domingo del Tiempo Ordinario ciclo A

Ambientación:

A lo largo de los próximos domingos, hasta el inicio del tiempo de Cuaresma, recordaremos los primeros pasos de la vida pública de Jesús. Es el inicio de su predicación. Serán los primeros descubrimientos de su persona, de su mensaje, de las dudas que también genera en algunos de sus primeros seguidores.
Comencemos esta celebración dispuestos a conocer a Jesús que, como dice Juan, es el Cordero que quita el pecado del mundo.

Rito del perdón:

  • Señor, que te opones a todo mal. Señor, ten piedad.
  • Señor, que has sufrido por nosotros. Cristo, ten piedad.
  • Señor, que nos impulsas a ser santos. Señor, ten piedad.

Ambientación a la Palabra:

En la primera lectura, el profeta Isaías nos presenta al siervo que es elegido para la misión. Una misión que no tendrá fronteras, el mensaje de Dios es para todas las naciones. San Pablo en la segunda lectura nos invita, como lo hizo con los corintios, a vivir en comunidad y, desde ella, lograr la santidad. En el evangelio, Juan define a Jesús como el “Cordero de Dios”.

Lectura del libro de Isaías

Me dijo el Señor:
«Tu eres mi siervo, Israel,
     por medio de ti me glorificaré».
Y ahora dice el Señor,
     el que me formó desde el vientre como siervo suyo,
     para que le devolviese a Jacob,
     para que le reuniera a Israel;
     he sido glorificado a los ojos de Dios.
Y mi Dios era mi fuerza:
«Es poco que seas mi siervo
     para restablecer las tribus de Jacob
     y traer de vuelta a los supervivientes de Israel.
Te hago luz de las naciones,
     para que mi salvación
     alcance hasta el confín de la tierra».

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. R/.

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios.   R/.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: «Aquí estoy».   R/.

«-Como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas».   R/.

He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes.   R/.

Comienzo de la primera carta de san Pablo a los Corintios.

Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados por Jesucristo, llamados santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: a vosotros, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Lectura del santo Evangelio según san Juan

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

Oración de los fieles, respondemos: Escucha, Señor, nuestra oración

  • Por la Iglesia, para que fomente la unión y la fraternidad entre todas las gentes. Oremos.
  • Por los gobernantes de toda la tierra, para sean capaces de dialogar, de buscar caminos de paz y de desarrollo humano. Oremos.
  • Por los inmigrantes y desplazados, para que sean acogidos e integrados. Oremos.
  • Por las personas que buscan valores y estímulos en la vida, para que los encuentren en la Buena Noticia del Evangelio, Oremos.
  • Por los confirmados en nuestra parroquia, el pasado viernes, para que no se apague en ellos el Espíritu que recibieron. Oremos.
  • Por nuestra comunidad, para que nos ayudemos mutuamente a renovar nuestro compromiso con el Evangelio y la vocación a la santidad. Oremos.

Después de la comunión (JESÚS ES EL SEÑOR)

Jesús es el Señor:
antorcha de libertad,
viento de paz,
victoria sobre toda muerte;
estandarte en lo más alto de la tierra,
sol en las profundidades de nuestro ser,
meta de nuestro caminar,
compañero de vida y esperanza
que nadie nos podrá quitar.
Jesús es Señor:
de Él brota la vida,
en Él nuestra esperanza,
con Él todo bien,
a Él nuestro reconocimiento,
para Él nuestra voluntad,
por Él nuestra plenitud;
Él nuestra justicia,
Él nuestra salvación…
que nadie nos podrá quitar.
Jesús es señor:
el que vive y hace vivir;
el que nos cura,
recrea y salva ayer, hoy y siempre.