DOMINGO XXV CICLO B

Ambientación inicial:

Estamos comenzando un nuevo curso pastoral y en nuestras comunidades retomamos las actividades interrumpidas por el tiempo de vacaciones. Comenzar es sinónimo de novedad, ilusión, esperanza…, aunque en ocasiones, abunda el escepticismo y el cansancio.
Un domingo más, el Señor nos reúne junto a su mesa y nos instruye con su Palabra, en la que afirmará que el más importante para Él es quien se pone al servicio de todos. 
Bienvenidos a la celebración.

Rito del perdón:

  • Por las veces que buscamos los primeros puestos y arrinconamos a los demás. Señor, ten piedad.
  • Por las veces que pensamos que nuestros planes son los que Dios tiene que realizar. Cristo, ten piedad
  • Por las veces que somos perezosos y poco diligentes a la hora de comprometernos en algo. Señor, ten piedad.

Ambientación a la Palabra:

El libro de la Sabiduría, nos presenta la figura del justo, que resulta molesto porque no se ajusta al pensamiento único de la época, defiende la verdad y denuncia las injusticias.  En la segunda lectura, el apóstol Santiago, nos habla de la verdadera y la falsa sabiduría. El evangelio nos presenta la comunidad alternativa de Jesús que trastoca nuestros esquemas, porque acoger a Jesús y a Dios implica acoger al que no cuenta y servir a todos sin pasar factura.

Lectura del libro de la Sabiduría.

Se decían los impíos:
«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso:
se opone a nuestro modo de actuar,
nos reprocha las faltas contra la ley
y nos reprende contra la educación recibida.
Veamos si es verdad lo que dice,
comprobando cómo es su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará
y lo librará de las manos de sus enemigos.
Lo someteremos a ultrajes y torturas,
para conocer su temple y comprobar su resistencia.
Lo condenaremos a muerte ignominiosa,
pues, según dice, Dios lo salvará».

R. El Señor sostiene mi vida.

Oh, Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh, Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R.

Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R.

Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.

Lectura de la carta del apóstol Santiago.

QUERIDOS hermanos:
Donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencia y todo tipo de malas acciones.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera. El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.
¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis, asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada, lucháis y os hacéis la guerra, y no obtenéis porque no pedís.
Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer vuestras pasiones.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Oración de los fieles:

  • Por la Iglesia en salida, puesta siempre al servicio de los últimos. Roguemos al Señor.
  • Por una sociedad justa, donde la codicia no sea el motor de la economía y de la vida política y social. Roguemos al Señor.
  • Para que las comunidades cristianas se caractericen por su honradez y servicio a los más necesitados convirtiéndose en molesta interpelación al sistema establecido. Roguemos al Señor.
  • Por los chicos y chicas que han comenzado n nuevo curso escolar, por sus maestros y profesores, para que aprendan a convivir en paz y respeto unos de otros. Roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros, para que nuestra fe vaya madurando y pongamos nuestras capacidades al servicio de la comunidad. Roguemos al Señor.

Después de la comunión:

Haznos, Señor, una comunidad buena noticia:
abierta, confiada, fraterna,
invadida por el gozo de tu Espíritu;
una comunidad entusiasta,
que sepa cantar a la vida,
acoger el misterio,
vibrar ante su tarea
y anunciar con alegría tu Reino.
Que llevemos la alegría en el rostro,
el júbilo en las entrañas,
la fiesta en el corazón
y la felicidad a flor de piel
desbordándose por todos los poros.