IV DOMINGO DE PASCUA
Ambientación inicial
¡Qué alegría vernos otra vez, un domingo más, para compartir nuestras vidas en torno a la Fuente de Vida, Jesucristo!
Hoy es el domingo del Buen Pastor, Jesús es el único Buen Pastor, pero Él se prolonga en los pastores escogidos y ungidos para apacentar a sus corderos y a sus ovejas. Todos tienen que esforzarse por parecerse a Él, y todas las ovejas deben escuchar al Buen Pastor y seguirle. Donde hay buen pastor habrá buenas ovejas y donde hay buenas ovejas surgirán buenos pastores.
Rito del perdón:
- Tú, que has entregado tu vida por nosotros. Señor, ten piedad.
- Tú, el pastor de nuestra existencia. Cristo, ten piedad.
- Tú, la resurrección y la vida. Señor, ten piedad.
Ambientación a la Palabra:
En el primer viaje misionero de Pablo y Bernabé, que narra el Libro del los Hechos de los Apóstoles, hay rupturas y aperturas; envidia y mucha alegría, persecuciones y efusiones del Espíritu Santo. En la segunda lectura, se nos dice que Cristo es el Salvador, pero es también signo de contradicción. El evangelio nos habla de las cualidades del Buen Pastor: conocer, defender y amar a las ovejas. Y de las virtudes de las buenas ovejas: conocer, escuchar y seguir a su pastor.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 13,14. 43-52
En aquellos días, Pablo y Bernabé continuaron desde Perge y llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento.
Muchos judíos y prosélitos adoradores de Dios siguieron a Pablo y Bernabé, que hablaban con ellos exhortándolos a perseverar fieles a la gracia de Dios.
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía:
«Teníamos que anunciaron primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te he puesto como luz de los gentiles, para llevarles la salvación hasta el confín de la tierra”».
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alabaron la palabra del Señor; y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio.
Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Salmo 99, 2 – 3. 5
Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.
Lectura del libro del Apocalipsis 7, 9.14b – 17
Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos.
Y uno de los ancianos me dijo:
«Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.
Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo.
El que se sienta en el trono acampará entre ellos.
Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono los apacentará y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas.
Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos».
Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 27 – 30
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».
Oración de los fieles: “SEÑOR, QUEREMOS ESCUCHAR TU VOZ”
- Que la Iglesia, siguiendo los pasos de buen pastor, sepa comunicar vida y esperanza a nuestro mundo con palabras positivas y abiertas, más que con voces de condena. Oremos.
- Por los pastores de la Iglesia, para que siguiendo el ejemplo den Buen pastor, se entreguen y sirvan gratuitamente al rebaño que les ha sido encomendado. Oremos.
- Por todos los que se han alejado del Buen Pastor, para que, escuchando su voz, logren encontrarlo y se animen a seguirlo. Oremos.
- La sociedad en la que vivimos nos hace ser ovejas dispersas y perdidas, cada una siguiendo su camino. Que recuperemos el sentido del bien común de la fraternidad. Oremos.
- Por todos los que sufren por cualquier causa, para que el Señor resucitado les dé su consuelo, su luz y su paz. Oremos.
- Para que por encima de esas otras voces que oímos y nos atontan, escuchemos la voz de Jesús, nuestro pastor, que no tiene otro interés que nuestras propia vida y felicidad. Oremos.
- Por nosotros, que estamos aquí reunidos celebrando la eucaristía, para que, como el Buen Pastor, nos pongamos al servicio de todos los hombres. Oremos.
Después de la comunión:
- Sé pobre y desprendido con Cristo empobrecido,
a fin de evangelizar a los pobres.
- Sé humilde con Cristo humillado y servidor,
para estar más cerca de los débiles y pequeños.
- Sé misericordioso con Cristo compasivo,
para estar más abierto a las miserias humanas.
- Sé pacífico con Cristo-Paz,
para llegar a ser instrumento de reconciliación.
- Sé limpio de corazón con Cristo transparencia divina,
para poder descubrir y proyectar las presencias de Dios.