II Domingo de Adviento ciclo A

Ambientación inicial:

Estamos en Adviento, tiempo de preparación y esperanza. El Señor viene a nosotros y queremos acogerlo. La expectativa de su llegada mueve nuestros corazones. ¿Qué puedo hacer en mí para recibirlo mejor? ¿Cómo lo puedo hacer más presente con los míos? ¿Cómo puedo anunciar su venida a nuestro mundo? Sin duda, como Juan Bautista, lo anunciaremos con nuestras palabras y con nuestra vida.

Segunda vela de Adviento:

Señor, encendemos esta segunda vela.
Tú, que eres la luz que quieres brillar en este mundo, abre nuestros ojos para que estemos atentos y vigilantes, que te reconozcamos y te acojamos en medio de nuestra historia. Danos valor para abrirte la puerta de nuestra vida, de nuestras casas, de nuestra comunidad, y que contigo hagamos avanzar la fraternidad y la igualdad. Abre nuestros corazones a tu Palabra hasta que ella sea la que guíe nuestros pasos, la que sostenga nuestra esperanza y nos haga fuertes ante la dificultad.

Rito del perdón:
  • Tú, que vienes a darnos vida y esperanza. Señor, ten piedad.
  • Tú, que deseas la conversión de nuestros corazones. Cristo, ten piedad.
  • Tú, que quieres habitar en nosotros. Señor, ten piedad.
Ambientación a la Palabra:

Las lecturas de este domingo nos hablan de la conversión necesaria para recibir al Señor. Juan Bautista llama con fuerza nuestra atención para cambiar nuestras actitudes hipócritas. Él nos recuerda que lo único que merece la pena son las obras que nos abren el camino hacia Dios. Las profecías mesiánicas nos regalan un mensaje de esperanza y de vida por la presencia de Dios en nuestro mundo. Nuestra respuesta será vivir los mismos sentimientos de Cristo.

Lectura del libro de Isaías.

EN aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría y entendimiento,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Lo inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra;
pero golpeará al violento con la vara de su boca,
y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia será ceñidor de su cintura,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
el leopardo se tumbará con el cabrito,
el ternero y el león pacerán juntos:
un muchacho será su pastor.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león como el buey, comerá paja.
El niño de pecho retoza junto al escondrijo de la serpiente,
y el recién destetado extiende la mano
hacia la madriguera del áspid.
Nadie causará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país del conocimiento del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé será elevada
como enseña de los pueblos:
se volverán hacia ella las naciones
y será gloriosa su morada.

Que en sus días florezca la justica y la paz abunde eternamente.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gram Rio al confín de la tierra. R/.

El librar al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
Él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:
Todo lo que se escribió en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que a través de nuestra paciencia y del consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener entre vosotros los mismos sentimientos, según Cristo Jesús; de este modo, unánimes, a una voz, glorificaréis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Por eso, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Es decir, Cristo se hizo servidor de la circuncisión en atención a la fidelidad de Dios, para llevar a cumplimiento las promesas hechas a los patriarcas y, en cuanto a los gentiles, para que glorifiquen a Dios por su misericordia; como está escrito:
«Por esto te alabaré entre los gentiles
y cantaré para tu nombre».

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

POR aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo:
«Voz del que grita en el desierto:
«Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos»».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: «Tenemos por padre a Abrahán», pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».

Oración de los fieles, respondemos: “Ven, Señor Jesús”
  • Nuestro mundo tiene muchas heridas por los conflictos y la desigualdad. Ven, Señor, y transforma nuestros corazones. Oremos
  • Nuestra Iglesia no siempre vive la ilusión y el gozo de tu presencia. Ven, Señor, y haz que os creyentes vivamos la alegría de la fe. Oremos.
  • Son muchos los que se desviven en el servicio a los demás. Ven, Señor, y haz que todos cuidemos del prójimo. Oremos.
  • Los creyentes no siempre vivimos con autenticidad, ilusión y alegría la fe. Ven, Señor, y llena los corazones de tu amor. Oremos.
  • El próximo día diez se celebra el aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, para que no se queden en papel mojado y sean una realidad en todos los rincones del mundo. Oremos
  • Por nuestra comunidad parroquial, para que alejemos de nosotros los comportamientos que desmoralizan, desunen y alejan a los otros. Oremos.
Después de la comunión:

Allanad los caminos de vuestra vida,
porque el Señor está cerca.
Él vendrá y llenará de esperanza
a los que la han perdido
y están frustrados y tristes.
Vendrá y traerá la paz
a los que andan preocupados
y no saben descansar en ningún regazo.
Vendrá y será nuestra luz
en medio de la noche y de las tinieblas,
para que no nos perdamos.
Vendrá y nos ofrecerá su compañía,
para que nadie se sienta solo y abandonado
en las frías entrañas de la tierra.
Vendrá y se convertirá en guía
de quienes están cansados y rendidos
y de los eternos desilusionados.
Allanad los caminos de vuestra vida, porque el Señor está cerca.